La evaluación formativa: herramienta para concretar la transversalidad de la investigación en el currículo
La investigación como un eje transversal del currículo, promesa
de valor del Proyecto Educativo Institucional de la Universidad Pontificia
Bolivariana, sigue siendo un tema que requiere discusión para clarificar cuáles
son los retos que los profesores deben asumir en cada uno de sus cursos, para concretar
este componente de investigación. Con el propósito de aportar a esta discusión,
aquí se argumentará sobre la pertinencia de las actividades de evaluación
formativa como herramientas que permiten desarrollar competencias
investigativas en los estudiantes.
Dahaene (2019), afirma que el aprendizaje implica razonar
como lo hacen los científicos, es decir que, al igual que en la ciencia, en el
ámbito individual de cada persona, el proceso de conocer transita las fases de
una investigación: formulación de hipótesis, recopilación de datos, análisis de
los datos, refinamiento de la hipótesis, búsqueda de nuevas ideas, comunicación
de los resultados y desarrollo de un pensamiento crítico. Esta analogía resalta
la naturaleza activa y constructiva del proceso de aprendizaje.
El compromiso activo como pilar
del aprendizaje no es otra cosa que la curiosidad que estimula al cerebro a
formular de manera constante nuevas hipótesis, sin él no sería posible el
aprendizaje. Por ello, es necesario estimular la curiosidad de los estudiantes
para garantizar que se comprometan activamente con su aprendizaje. El estímulo
a la curiosidad depende de estrategias pedagógicas que empoderen a los
estudiantes, que pongan el foco en ellos y que les permitan gestionar de forma
autónoma su metacognición (Dahaene, 2019). Por lo tanto, para despertar el
interés de los estudiantes, ellos deben comprender la importancia del
conocimiento, deben creer que están en capacidad de llevar a cabo la actividad
y deben sentir emociones positivas (Gallardo, 2013).
La evaluación formativa se
concibe como una evaluación para el aprendizaje (Gallardo, 2013; Cuda, 2024).
En este sentido se destaca la necesidad de resignificar el error, dejar de
verlo como un fracaso definitivo y empezar a verlo como una oportunidad para
los nuevos aprendizajes (Dahaene, 2019; Cuda, 2024). Es decir, que la
evaluación formativa debe acompañar todo el desarrollo de los cursos y debe ir
de la mano de la retroalimentación que posibilita la toma de decisiones a los
estudiantes y al profesor. De esta manera, los estudiantes podrán reconocer sus
errores y definir estrategias para superarlos; y los profesores podrán adaptar
el programa de acuerdo con las necesidades de sus estudiantes (Gallardo, 2013).
De este modo, la evaluación formativa le da la posibilidad al estudiante de
reflexionar sobre su proceso de aprendizaje y de tomar decisiones de mejora, como
una herramienta de metacognición que empodera a los estudiantes volviéndolos
activos en su proceso de aprendizaje.
La evaluación no debe quedarse
estática como una fotografía, sino que se debe mantener en movimiento como una
película, asumiendo un papel central que dinamice el proceso formativo desde un
enfoque de aprender a aprender, en el cual, no es suficiente con evaluar
conocimientos, sino que se deben evaluar capacidades y competencias, es decir,
evaluar lo que los estudiantes pueden hacer con lo que saben (Cuda, 2024). En
conclusión, la evaluación formativa no solo guía el aprendizaje, también materializa
la investigación como eje transversal en el currículo, porque le permite al
estudiante integrar conocimientos, capacidades y competencias en la resolución
de problemas.
Referencias
Duque O., A. y Villa T., K.
(2024). Reseña de Dehaene, Stanislas. (2019) ¿Cómo aprendemos? Los cuatro
pilares con los que la educación puede potenciar los talentos de nuestro
cerebro. Siglo Veintiuno Editores.
Muñetones R., M. (2024). Reseña de Cuda, M. (2024). Dime cómo
evalúas y te diré qué valoras: el potencial de la evaluación para transformar
la educación. Editorial Bonum.
López V., B. (2024). Reseña de Gallardo C, Katherina E. (2013). Evaluación
de los Aprendizajes: Retos y Mejores Prácticas. Editorial Digital,
Tecnológico de Monterrey.
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